¿Por qué mi bebé deja caer los juguetes y queriéndolos de vuelta, solo para dejarlos caer otra vez?
Cuando tu bebé deja caer repetidamente un juguete, cuchara u otro objeto—sin importar cuántas veces lo recuperas para él—puedes pensar que él tiene que aprender a sujetar sus cosas. Pero hay un tipo de aprendizaje completamente diferente, y las acciones repetitivas de tu bebé están cumpliendo un propósito importante en el desarrollo de su mente.
Tu bebé aprende acerca del mundo tanto al observarlo (y a ti) como interactuando con él. Es por eso que agarra, se pone en la boca, agita, arruga y batea a tantos objetos diferentes. Cada una de estas experiencias es una forma de aprendizaje: cómo se siente un artículo, qué tan pesado es, para qué se utiliza, a qué huele y sabe, y qué puede hacer y qué se puede hacer con él.
Prueba y error es una gran parte de este aprendizaje. Si golpea una taza sobre una mesa, ¿cómo suena? Si se golpea en una silla alta, ¿hace el mismo sonido? ¿Qué pasa si él lo golpea en la cabeza de mamá? ¿O su cabeza? Comportamiento que parece tonto o al azar es en realidad tu niño en modo científico profundo.
Él quiere saber qué sucede cuando se arrojan objetos diferentes, o cuando se arrojan objetos desde diferentes alturas o de diferentes maneras. ¿A dónde van? ¿Siempre terminan en el mismo lugar? ¿Cómo suena cuando aterriza? ¿Qué pasa después?
Tu bebé también está aprendiendo acerca de su relación contigo. Cuando él hace algo, tú respondes. Solo eso le enseña que te importa. El aprende de la naturaleza de tus respuestas, también. ¿Estás feliz? ¿Enojada? ¿Exasperada? Tu bebé está absorbiendo toda esta información útil. Pero se necesitan muchos intentos diferentes para transmitir el mensaje. No te gustó cuando arrojé el juguete de este lado de mi silla alta, pero ¿qué pasa con ese lado? No te gustó cuando arrojé mi cuchara, pero ¿y mi galleta? ¿y mi tazón?
Y, hasta cierto punto, a tu bebé le gusta soltar cosas a esta edad simplemente porque puede. Durante la mayor parte de sus primeros meses, los bebés son mejores para agarrar objetos que dejarlos ir. Una vez que comienzan a desarrollar el control motor fino que les permite liberar algo de sus manos a voluntad, se convierte en algo que quieren practicar... y practicar.