¿Deberías comer por dos? ¿Tomo agua aunque me haga correr al baño? Es hora de aclarar algunos mitos comunes sobre la nutrición durante el embarazo.
Ceder a tus antojos, reducir la cantidad de vasos de agua que tomas y consumir demasiadas calorías son sólo algunas de las “sensaciones” comunes que escuchas cuando estás embarazada. ¿Cuáles de estos son mitos y cuáles son verdades?
El Mito: “Comer por dos” durante el embarazo significa comer el doble.
La Verdad: La mayoría de las futuras mamás que van a tener un bebé sólo necesitan alrededor de 340 calorías adicionales al día además en su dieta previa al embarazo en el segundo trimestre, aproximadamente la cantidad en 4 onzas de leche de 1% y medio sándwich de crema de cacahuate. En el tercer trimestre, la recomendación de calorías aumenta a 450 más en su dieta o lo equivalente a una onza de queso cheddar, 8 galletas integrales, 1 taza de uvas y 6 onzas de leche de 1%. La clave: Asegúrate de alcanzar ese número mediante opciones saludables (frutas y verduras, yogur o leche sin grasa y proteínas magras) en lugar de calorías vacías.
El Mito: Olvídate del pescado durante el embarazo por motivos de seguridad.
La Verdad: Muchos tipos de mariscos son excelentes fuentes de ácido docosahexaenoico (DHA), un ácido graso omega-3 que juega un papel importante en el apoyo al desarrollo del cerebro y la visión de tu bebé. De hecho, los expertos han actualizado sus recomendaciones de nutrición durante el embarazo con respecto a la cantidad de mariscos que las mujeres embarazadas deben incluir en una dieta saludable para el embarazo, gracias a sus buenos beneficios para el bebé. ¿Preocupada por la ingesta de mercurio? Apégate a las opciones bajas en mercurio como el salmón y la tilapia, que puedes disfrutar hasta dos veces por semana. Mantente alejada de los pescados con alto contenido de mercurio, como el pescado espada, el pescado caballa y el tiburón. Asegúrate de que tu suplemento prenatal y tu dieta incluyan DHA que es importante. Los expertos recomiendan 200 miligramos de DHA por día para las mujeres embarazadas o las mujeres lactando.
El Mito: Limita la ingesta de agua para evitar idas frecuentes al baño y retener agua.
La Verdad: Si bien puede ser molesto, esos deseos frecuentes de ir al baño son un síntoma común del embarazo, debido a la creciente presión de tu bebé sobre tu vejiga. Pero el hecho de que tengas que ir al baño con regularidad no significa que debas reducir la cantidad de agua que tomas. De hecho, las mujeres embarazadas deberían tomar sorbos con más frecuencia que otras mujeres que no están embarazadas. Eso es porque el agua proporciona nutrientes a tu bebé a través de tu sangre. ¿Cuánto debes tomar? Aproximadamente 10 tazas al día de 8 onzas cada una, aunque esto también incluye la ingesta de líquidos de otras bebidas como el jugo.
El Mito: Ceder siempre a los antojos del embarazo; son la forma en la que tu cuerpo te informa lo que necesitas.
La Verdad: Ya sea una galleta o papas fritas, está bien que te des el gusto de tus delicias favoritas, con moderación. Sólo ten cuidado de que no estén superando opciones más saludables con los nutrientes que tú y tu bebé necesitan. No hay evidencia que sugiera que los antojos sean una señal de lo que tu cuerpo necesita, como se creía anteriormente. Y si tus antojos son por otras cosas que no sean alimentos (como hielo, arcilla o arena), podría ser una condición conocida como ‘pica’, por eso habla con tu médico.
El Mito: Todas las grasas son malas para ti y debes evitarlas durante el embarazo.
La Verdad: Muchas grasas, de hecho, no son saludables, pero es inteligente aferrarse a las grasas buenas para la salud de alimentos como aguacates, nueces, mariscos bajos en mercurio y aceites como el aceite de olivo o la linaza. Las grasas de omega-3 (una grasa poliinsaturada) son una parte importante de una dieta de embarazo saludable para tu bebé en crecimiento, lo que ayuda al desarrollo del cerebro. Pero si bien es importante consumir una cantidad suficiente de estas grasas, es mejor limitar (o eliminar) las grasas trans y las grasas saturadas, las que provienen de alimentos como la mantequilla, las papas fritas o las galletas. Comprueba que tu suplemento prenatal te esté ayudando a alcanzar la cantidad diaria recomendada por los expertos de 200 miligramos de DHA, un importante omega-3.
Consulta con tu obstetra o ginecólogo sobre un suplemento prenatal (como el Suplemento Prenatal Enfamil Enfamom™), que puede satisfacer todas tus necesidades de nutrientes incluyendo el DHA durante tu embarazo.