Tú puedes empezar a demostrarle buenos modales en la mesa tú misma. Muestra a tu niño pequeño como usar los utensilios y una servilleta, y señala la importancia de decir por favor, gracias y disculpe en los momentos apropiados. Aún si él no puede dominar todo esto todavía (¡ahora su babero es más útil que una servilleta!), él está aprendiendo al mirar.
Recuerda que, en esta etapa, tu niño aún está luchando por perfeccionar lo básico del auto alimentación; así que es mejor, sostener una definición bastante flexible de buenos modales. La hora de comer debería ser una experiencia agradable de aprendizaje para tu niño pequeño, y eso significa una cierta cantidad de juego con la comida: tocando y manipulando diferentes texturas, alineando galletas, sumergiendo y mojando, cogiendo algo de comida de tu plato y, sí, tirando algo en el suelo, en su cara y en su pelo durante el proceso. En tanto como ingiera comida y se nutra, permite ese comportamiento desordenado por ahora.
Eso no significa que no debas poner límites. Arrojando comida, platos o utensilios de un lado al otro de la habitación es un no-no. ¿Gritando en la mesa? ¿Apilando comida en su boca sólo para escupirla? ¿Derramando comida por toda su silla alta sin intentar comer? ¡No aceptable! De hecho, estos comportamientos señalan que tu niño pequeño no tiene hambre o que ya su apetito ha sido satisfecho. Corta estos comportamientos en su brote calmadamente apartándolo de la mesa así que él aprenda que esa no es la manera de comportarse mientras come.
Dentro de un año, cuando tu niño sea capaz de comer solo y seguir indicaciones bien, tú puedes empezar a trabajar sobre modales de la mesa convencionales, como sentarse derecho y no masticar con su boca abierta.
—Gary C. Morchower, MD, pediatra y autor de The 1001 Healthy Baby Answers: Pediatricians’ Answers to All the Questions You Didn’t Know to Ask (1001 Respuestas para el Bebé Sano: Respuestas del Pediatra a Todas las Preguntas que No Sabías que Podías Formular)